COMPARACIONES
La isla de Robinson Crusoe, el lugar ficticio que se describe en la primera novela escrita por Daniel Defoe, como un sitio aislado y paradisíaco donde el protagonista sobrevive contra todo pronóstico, es quizás la historia del naufragio de una embarcación tripulada por el marinero escocés Alexander Selkirk en compañía del español Pedro Serrano.
La ciudad de San Francisco, concebida por Armistead Maupin como un lugar vibrante y diverso en la década de 1970, hogar de una comunidad LGBTQ+ en crecimiento.
El laberinto de la biblioteca de Babel por Jorge Luis Borges, es algo definido como infinito, que aporta libros y conocimientos en una biblioteca misteriosa.
La ciudad de Oz por L. Frank Baum es un lugar mágico y colorido donde la fantasía y la aventura esperan.
En el Londres victoriano por Charles Dickens se conjugan contrastes, pobreza y riqueza, donde la justicia y la injusticia luchan por prevalecer.
La población de Macondo, el lugar mágico y aislado donde lo real y lo fantástico se entrelazan fue concebida por el genial Gabriel García Márquez, como sede para el desarrollo de su bien reconocida novela Cien Años de Soledad por la cual obtuvo el Nobel de 1982.
El mundo de Middle-earth de J.R.R. Tolkien es un lugar épico y fantástico donde hobbits, elfos y humanos luchan contra el mal.
La ciudad de París por Victor Hugo es un lugar de revolución y pasión, donde la justicia y la injusticia se enfrentan en las calles de la ciudad.
La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson, es un lugar de aventuras y peligros, donde la búsqueda de dicho tesoro es el objetivo principal.
La ciudad de Nueva York fue definida por Tom Wolfe como el recinto de la ambición y exceso, donde la riqueza y el poder se disputan en la jungla de asfalto.
El “Nueva York Chiquito” que soñó un ambicioso político dominicano, es una vejiga inflada que se expande minuto a minuto, en medio de un caos medioambiental sin control.
¿Quo vadis?
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